El delivery con drones lleva años peleando por convertirse en realidad. Así quiere conseguirlo al fin el sector

Ciencia y Tecnología

Nadie dijo que el camino fuera fácil. Ni corto. El sector del delivery lleva ya unos cuantos años intentando impulsar a gran escala uno de sus mayores sueños, la implantación de una tecnología llamada a revolucionar el reparto con servicios rápidos y ágiles: los drones. En 2013 Amazon estaba segura de que lo lograría en cuestión de un lustro; la realidad, casi una década y una inversión de más de 2.000 millones de dólares después, es que parece querer despegar aún ahora.

Y el caso del gigante del e-commerce no es el único.

Prime Air, con la vista puesta a finales de año. No será en 2018, como aspiraba hace casi una década, pero tras múltiples problemas y retrasos Amazon maneja al fin una fecha aproximada para impulsar su servicio de reparto con drones, Prime Air. Y vence en cuestión de meses. A mediados de junio la multinacional explicó que lo implantará en Lockeford, una pequeña localidad de California, “a finales» de este mismo año. Ahora la firma va un poco más allá y quiere que, más o menos por las mismas fechas, el servicio se expanda también a College Station, en Texas.

En ambos casos Amazon punta a localidades pequeñas o medianas —la primera ronda los 3.000 habitantes; la segunda no llegan a 120.000— y con cierto valor simbólico por su vínculo con el sector de la aviación o la investigación. Su objetivo: marcar un punto de inflexión y, quizás, alcanzar al fin el despliegue masivo que Amazon aspira desde hace años, yendo más allá de las pruebas anecdóticas y fases piloto que ha protagonizado hasta la fecha. CNET precisa que se ha decantado por drones hexagonales y capaces de alcanzar los 80 km/h con poco más de dos kilos de carga.

La meta: cumplir con el reparto de paquetes con ese peso en poco más de media hora.

Walmart, en la misma carrera. Amazon no es la única que ha movido ficha en los últimos meses. La cadena estadounidense Walmart anunciaba hace poco sus planes de expandir el servicio de reparto de mercancía con drones a cuatro millones de hogares de Arizona, Arkansas, Florida, Texas, Utah y Virginia. De la mano de DroneUp, apuntaba a realizar repartos desde más de 30 tiendas.

El objetivo es sacar partido de una de sus grandes ventajas, su amplia penetración en el mercado minorista de EEUU, lo que se traduce en que cerca del 90% de la población estadounidense vive a menos 20 km de algunos de sus locales. Antes, ya había realizado proyectos piloto. No es su única apuesta El gigante del comercio acaba de firmar un acuerdo para comprar 4.500 coche eléctricos de reparto de Canoo y ya tendría la patente para un servicio híbrido de coches autónomos y drones.

El movimiento de Alphabet. La matriz de Google también está en la carrera por lograr drones capaces de transportar mercancía. Hace unos días su firma Wing presentaba su plantel de modelos, un catálogo de prototipos diseñados desde la premisa de que la carga debe representar el 25% de la masa de la nave. Sus dispositivos aspiran a cubrir diferentes necesidades de carga de mercancía.

“Podemos tener naves diminutas para la entrega de productos farmacéuticos, grandes para el cumplimiento de envíos, de largo alcance para vuelos logísticos y plataformas flotantes dedicadas a la entrega en las ciudades”, precisa la compañía, junto a esquemas de varios tamaños.